viernes, 5 de octubre de 2018


Perder el tiempo 

Hace tiempo ya
que los domingos son así
tú en algún otro lugar y aquí
una hamburguesería cerrada
como si no pudiera con la mañana
un desayuno triste en cualquier cafetería
mirando, a veces, a la pared,
a veces al libro, con desconfianza
quizás porque pese demasiado
quizás porque no pueda competir
con el ruido de la máquina tragaperras.
Hace bastante tiempo, sí
que los domingos me preguntan por ti
y yo me encojo de hombros
entre la gente que corre y los perros contentos
me encojo de hombros bajo una luz
que está ahí
simplemente porque alguien se lo ha ordenado.
hace tiempo que no verte un domingo
se convirtió en demasiado tiempo sin verte
y no puedo evitar que una antigua morriña
algo borracha
se me cuelgue al hombro y me cuente historias tristes
hace mucho tiempo que a estos domingos
le sobran horas
y les faltan momentos
porque hace tiempo que sé
que entiendo
que levantarme despacio para a ir al baño
volver y esperar a que despiertes
es la única manera de empezar un domingo
y aprovechar el TIEMPO.


Highway


Quiero perderme contigo
por las carreteras interestatales
que tus ojos me confundan las fronteras
que los cuervos mágicos nos vean pasar
y le hablen de nosotros al desierto.
Jugar a escribir tu nombre en la arena
junto a la carretera
entre carteles de pueblos
y distancias irreales.
Mirarte de reojo
para ver cómo el sol te va vistiendo de atardecer
y pensar en dónde acaba tu tirante
y ponerme ansioso por llegar al próximo motel barato
para jugar a escondidas en el fastuoso desierto inmortal
a reinventar tu desnudo.
Quiero parar y mirar ese horizonte
que he visto en tantas películas
mirarte apoyada en el Charger del 70 negro
sucio del polvo
con las gafas de sol y mirando dónde mires cuando piensas
y pensar, sonriendo
que Hopper hubiera matado por pintarte. 

Quiero cruzar ese país de mis sueños
contigo y que los sigas alimentando
besarte llegando a Nuevo México
y, siempre
que el hechizo de esas tierras
nos haga temblar las piernas.

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